Escrito por: Cristina Quispe
Fundadora EMMI Proyecto Pikler
La autonomía en un niño o niña se ve reflejada en las actitudes y actividades que realizan por sí mismo, cuando se interesan por crear proyectos, usan su imaginación y creatividad, se interesan por descubrir nuevas cosas, o transformar las existentes, enfrentan desafíos y retos, asumen responsabilidad y buscan alternativas para solucionar problemas cotidianos.
En el desarrollo de la primera infancia es vital propiciar el desarrollo de la autonomía de los niños y niñas, dado que es el eje fundamental para que los infantes puedan desarrollar las otras habilidades. Varios aspectos son necesarios para fomentar la autonomía y estos son:
·Entorno adecuado: este deberá estar organizado y preparado en base a la etapa de desarrollo y fomentar la libertad de movimiento y el juego libre, de tal manera que invite a los niños y niñas a tomar protagonismo en estas actividades.
Seguridad afectiva y emocional: los niños necesitan saber y conocer que sus relaciones afectivas son seguras, que el adulto, madre, padre o docente es la encargada de brindar estabilidad emocional, con lo que los niños podrán sentirse cuidados y protegidos.
Respeto en los ritmos de desarrollo: si se habla de autonomía es vital entender que no todos los niños y niñas son iguales, por lo tanto, su desarrollo es diferente uno de otro, respetar estos ritmos es permitir que cada niño o niña desarrolle sus habilidades en la medida que su capacidad lo permita
Tener reglas claras: si se busca que los niños sean autónomos es necesario establecer reglas claras, caso contrario se creara confusión en los infantes.
Coherencia: el adulto debe usar un lenguaje descriptivo y tener coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, los niños en la primera infancia aprenden por imitación, por tal razón establecer rutinas ayudará que ellos vayan ubicándose en el tiempo y espacio.
Conciencia de sí mismo: cuando el niño o niña va descubriendo su entorno, también se descubre a sí mismo, permitir la exploración les ayuda a conocer su propio cuerpo, así como las habilidades que va logrando en medio de ese descubrimiento, la frustración es parte del aprendizaje, ellos podrán ir gestionando sus emociones y conociéndose en la medida que van creciendo y encontrando las herramientas para hacerlo.
La autonomía es la base de un aprendizaje significativo y auténtico, por lo que tener niños y niñas que tienen la oportunidad de desarrollar su autonomía es primordial, un niño autónomo es un niño respetado, valorado y seguro de sí mismo.
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